miércoles, 15 de diciembre de 2010

Abajismos

Se habla mucho, en el último tiempo, de aquellos que renuncian a sus privilegios para reunirse con “los de abajo”. Ahora bien, ese tipo de actitud puede ser un riesgo para la integridad personal o para el “valor neto” que recibirían de herencia.

Ante todo, las capas más bajas de sociedad no digamos que viven en jauja. De partida son discriminados por los pacos y la tropa de guardias que campean por nuestras calles. Mezclarse con proletas les hace tener el mismo destino, aunque la puntada final al “este” abajista no se la dan nunca: aparecen las maquinarias legales de sus padres para salvarlo a tiempo. Si esta clase de “escenitas idealistas” se produce con demasiada regularidad el padre puede intervenir de manera más radical enviando a Europa o a USA al abajista aventurero.

En otra época la cosa no era así. Uno de los abajistas chilenos más connotados es, sin duda, Joaquín Edwards Bello. Teofilo Cid es otro caso. Ambos sufrieron los rigores de mezclarse con los pobres. A la discriminación, falta de derechos, oportunidad y hambre, se mezclaba en esa época la enfermedad. Sobre todo la tuberculosis y las enfermedades venéreas. El alcoholismo era otra de las amenazas. Mis dos ejemplos murieron en circunstancias lamentables, ambos eran escritores (un oficio muy mal mirado por las elites de la época) y el destino era esperable y esperado. En esa época, ninguno de los parientes se la jugó por la salvación y la miseria se los comió. Aunque, dicen, Teofilo Cid murió en la calle “tapado por diarios franceses”.

Hay mucho personaje de “clase media” que juega al abajismo, pero no se trata de algo verdadero. De partida, no están arriba y quizá ni siquiera en la mitad. Están abajo. Segundo, es una actitud adolescente con la que expresar cierto tipo de rebeldía ante las tías catoliquillas. Cuando terminan sus estudios (los clase medieros siempre tienen “educación superior” aunque sea en una privada) se les acaban esos jugueteos. Asumen el disfraz del clase mediero promedio, orgulloso de pequeñísimos éxitos como “me dio la mano el gerente” o “me van a subir 50 lucas de sueldo así que me tengo que portar bien”. Pero lo importante es: nunca han sido abajistas. Más bien están abajo.

Una de las formas de abajismo que más éxito ha tenido en el último tiempo es la que tiene que ver con “la cueca brava”. Pero como dijo uno de los cultores más renombrados de la cueca “no sé de donde salió esa cuestión. A mi ninguna cueca me ha mordido”. En fin, se trata de un extraño abajismo, uno que hurga no en los proletas de hoy sino en los proletas del ayer. Por supuesto, esa clase de modas culturales corre el riesgo de transformarse en pura estética, vacía de contenido y por lo tanto una mera apelación a la forma. Con eso, claro, vale más la imagen que los sentimientos auténticos y, al final, se convierte en una cuestión del instante por sobre la constancia. Las actitudes así, en general, pretenden conseguir popularidad, porque “es lo que la lleva”. Pero no tiene nada que ver con una cuestión de principios sólidos.

Al final de cuentas el único verdadero “abajista” es el que, siendo proleta, asume su condición, la defiende, la valora, construyendo a partir de ella una nueva forma de ser, una nueva cultura. Pero, por supuesto, creo que exijo demasiado.

2 comentarios:

hipoceronte dijo...

Estoy de acuerdo en casi todo. No concuerdo mucho con lo de la Cueca. Sin duda hay una especie de moda (under, pero moda), muchos luego huirán de ahí, pero si creo que es y será un movimiento en crecimiento y con gente seria como seguidor, y creo que eso es así pq los fundadores de todo eso creo si tienen una ética más sólida con respecto a su arte. Eso creo, aunque pouedo equivocarme.
Tb pienso que es fácil ser abajista cuando ya se tiene todo un pasado sin mayores problemas, lo que si es interesante del fenómeno es que gente busque en la "precariedad" algo que le falta en su comodidad. Por ese lado creo que es la misma relación con la gente y cierta mayor libertad lo que los atrae.

Ricardo Chamorro dijo...

lemtablemente siento que el artículo no me quedó bien logrado. Falta desarrollo todavía. Pero es un principio.