viernes, 26 de junio de 2009

Algunas palabras flaites de origen argentino

Muchas palabras flaites provienen de allende los andes. Hay dos motivos claros. Por un lado, el flaite adquiere, como cualquier chileno, un prestigio enorme entre sus pares cuando sale del país. El flaite sale por dos motivos fundamentales: uno es para iniciar su carrera de delincuente internacional, lo que lo puede llevar a la cana en el vecino país, pero por lo menos se relaciona con sus pares argentinos y de ellos adquiere modismos. Por otro lado, el flaite viaja para apoyar a su equipo de fútbol. En general el equipo es Colo Colo, pero también hay flaites de la U. En estos viajes, casi iniciáticos, adquiere conocimientos lingüísticos que después difumina entre sus pares.

Una de las palabras que han venido de Argentina, desde muy antiguo, es bacan. Pero el flaite chileno no pronuncia “bacan”, sino más bien “bacam”. El significado es simple: algo bacam es algo bueno. Otra expresión: “al peo” o “al puro peo”. Los argentinos dicen algo semejante: “al pedo” o “ni en pedo”. “Al peo” quiere decir algo hecho de manera improvisada y sin ninguna preparación. Antiguamente se usaba “al lote” a “a la rápida”. “Ni en pedo”, en tanto, puede significar algo “no visto”.

“Al toque” también es argentinismo. No olvidar tampoco el argentinismo “la concha de la lora” ni la expresión “el orto” o “como el orto”. Todas ellas de amplio uso entre las capas populares. También debemos recordar el argentinismo “mina” para referirse a una mujer. Una palabra de amplia difusión en los ochentas, a tal punto de llegar a designar una marca de chicle, es la palabra grosso. Todos los anteriores con larga historia en el “coa” argentino: el lunfardo.
Sin duda la palabra de más honda caladura en el lenguaje del hampa ha sido el término argentino para referirse a los recintos penitenciarios. Me refiero a la palabra cana. En Chile se le ha hecho un curioso derivado. Se habla de “ir a Canada” para referirse a viajes al presidio.

jueves, 4 de junio de 2009

Político de oscuro origen, un Camilo Escalona cualquiera

Honorables parlamentarios, señor Presidente del Senado, culiaos toos: he tenido la suerte de acudir a esta sesión con el pulento objetivo, de contarles en que consiste el proyecto que propone mi cagá de partido, una manga de giles retovaos. No es que yo crea que mi partido no tenga el mérito suficiente para promover iniciativas de esta naturaleza; no, los tiene, pero no puedo negar que somos un partido pequeño y lleno de agüeonaos.

Nuestro proyecto pretende establecer las bases para una futura institucionalidad cultural, una volaita en la que todos hemos estado con cuática en mas de una ocasión. Les recuerdo que ya en el año 70 se quería ponerle patitas al asunto. Le dimos color su resto pero no pasa naipe aún. Pero antes ¿por qué no se sacan uno? Para que vayamos armando un proyecto con real visión de futuro y no se transforme en solo palabras lo que debieran ser hechos concretos.

“Te voi a chantarte un puro cornete en lo’cico” fue la evasiva respuesta del señor Presidente del Senado ante nuestra propuesta de un cambio de prioridades en la agenda. Ahí el jote puso las cartas sobre la mesa y nos hablamos con franqueza. “Agárrate teste. Conchetumadre”, le espeté con la pasión que mis años en la política han formado. “Lorea el longi alzao”, me respondió. Comprendí, de pronto, que nuestro proyecto cultural era como el loly y que lo iban a aprobar el día de la callampa. Carecía de la fuerza necesaria y de convicciones más profundas. Fueron necesarias agotadoras discusiones de base, convocar a empleados, obreros, al campesinado proletario, a la mujer explotada, al profesor primario, al estudiante de ideales claros. Esta vez nadie podía quedar fuera, ni los flaites ni los choros ni lo’longi. Es este pluralismo el que nos ha hecho fuertes y no lo abandonaremos ni lo abandonamos en la redacción desta locurita hemmano. Creo, honorables diputados y senadores, que su lenguaje es, en términos legales, muy preciso: no sobra ni una coma. Solicito suma urgencia: póngale güendi. Es todo lo que tengo que decir al güeonaje de la sala, gracias.