martes, 12 de octubre de 2010

La industria flaite del adornito

Cuando el hombre de la clase proletaria desea hacer algo “innovador” y “auogestionado” recurre a discursos del estilo “debo construir con mis propias manos”. ¿Y que es lo que ocurre?. Se pone a construir (y a vender) cosas innovadoras, autogestionados y “construidas con sus propias manos”: adornitos. La visita a los “centro artesanales” de distinta denominación (dieciocheros, navideños, “por el día de la mamá”, etc) nos conduce siempre a lo mismo; a la visión interminable, filas y filas, hileras de vendedores de adornitos y, todos ellos, por obra y gracia de las dueñas de casa, terminarán en infinidad de superficies mueblísticas de la casa. Cabe señalar que la clase proletaria acostumbra a comprar bibliotecas. No es para poner libros, evidentemente. Es para poner adornitos.

viernes, 1 de octubre de 2010

Los mapuches y sus instituciones

Uno de los graves problemas que tienen los mapuches es la desunión en la que operan. Las diversas componentes de las etnias mapuches no se han puesto de acuerdo nunca. Ahora, por supuesto, nadie les ha dado la motivación adicional de la unión. Los mapuches se han mantenido en una precariedad comunicativa, de tal formas que la distancia es un factor importante: los mapuches de santiago no tienen una relación estrecha con los mapuches de conce ni con los mapuches de temuco ni menos con los de osorno. Por supuesto, se dan las lógicas relaciones familiares, pero no me refiero a esa clase de comunicación. Me refiero a la comunicación que proporciona la institucionalidad. Es decir, los mapuches no poseen una institucionalidad unitaria. La famosa “integración” promovida por pinocho y otros elementos derechistoides, cortó las alas al naciente proceso y lo detuvo 17 años. De pasado, debo decir que la integración pretende enviar al pueblo mapuche al mismo lugar donde enviaron a todos los demás pueblos indígenas: a los estratos bajos de la sociedad, es decir, a las poblaciones.

Por lo tanto, lo mejor que pueden hacer los mapuches, es juntarse y ponerse de acuerdo en cosas básicas. Son una cultura con un potencial enorme: no cualquiera sobrevive a más de 500 años de resistencia. Si no logran realizar ese proceso rápido pueden pasar otros 100 años. La infinita presión que significa negociar con una huelga de hambre encima puede ayudar a este principio de unión.