martes, 25 de agosto de 2009

La Sandía

Para el pueblo siguen rigiendo ciertos patrones machistas en la conducta y cuando esos patrones machistas no pueden ser llevados a cabo se generan extrañas y grandes frustraciones. Y las frustraciones son otro de los grandes temas del pueblo. Un gran tema que requiere su desarrollo especial, así que lo dejaremos aquí de momento.

Me quiero detener, sin embargo, en un acápite singularísimo del machismo: el corte de la sandía, interpretable como un símbolo de poder machista. En una ocasión vi una foto (creo que en la revista Análisis o en la revista Apsi) donde salía un guatón, con la panza al aire, echado en una silla de playa, afuera de lo que parecía ser su casa, con un trozo de sandía en la mano. Atrás de él estaba su mujer y sus chiquillos. Todos tenían trozos de sandía en sus manos, pero el que poseía el trozo sin duda más grande era el jefe de la familia: se había autoasignado la mitad de la sandía. A mí me parece una costumbre a tener en cuenta. He consultado entre mis amigos flaites y me dicen que “partir la sandía” tiene una importancia ritual. El que da los dones es el padre de la familia. Por lo tanto, sería una falta de respeto que el hijo parta la sandía. A no ser que se convierta en el jefe de familia, por su ausencia. ¿Por qué esta importancia ritual se le asigna a la sandía y no a otras frutas?. La razón es obvia: no se come sandía solo. Cuando se come sandía en la casa del hogar “proletario” todos comen y es un momento de unión para las familias. ¿Hay otras actividades que se hagan en comunidad? Parte de la investigación.

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