lunes, 13 de abril de 2009

La tele

La tele posee varios atributos que pueden ser interesantes. Pero debe decirse, además, que el número de atributos es grande y los teóricos profesionales no se cansan en la búsqueda de más consecuencias de este aparato sin duda fascinante. Parte de la fascinación proviene del hecho de ser un objeto de la “modernidad” que ha develado motivaciones ocultas del hombre, motivaciones que no sé si se habían mostrado en otras épocas.

Lo claro es que el hombre, después de verse a sí mismo y a otros sujetos, embobados frente a la pantalla, pierde un poco de la fe que se tenía en los siglos anteriores. Ya nadie se atreve a definir a la ligera al hombre. No se trataría de un animal racional.

Había un escritor de los 80 que escribió un libro sobre el tema de la tele que se hizo célebre. Era lo más “culto” que podía darse durante la oscuridad del régimen. Me refiero a “La cultura huachaca”, de Pablo Hunneus, donde atribuía al mestizaje “imperfecto” el origen de varios de nuestros males y en particular el hecho de ser buenos para la tele. Pero ¿y los gringos?. Un gringo viendo tele de manera estúpida, un gringo “no mestizo”, un gringo WASP, es un clásico en la actualidad. No solo “los Simpson” lo han revelado. Por supuesto, otro fracaso de los intentos racistas de explicar el comportamiento del chileno. Si es que “la raza es la mala”, entonces, todas las razas son igualmente malas. Y no digamos que los chilenos lo hacemos tan mal como nos quieren hacer creer los derechistas de Chile.

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